lunes, 27 de diciembre de 2010

Moscow

Soy dislexica. Me aterra aterrizar. Ya llevo 2 aterrizajes. Uno bueno y otro malo, muy malo. Uno metafórico y otro literal. Me falta uno real por hoy. Espero q varios metafóricos de aqui en adelante. Así q estoy aterrizando en Moscow y mientras cierro los ojos para calmarme y no aterrar a la hermosa niña rusa-brazilera q llevo al lado, trato de pensar en otra cosa. Pienso en mi corazón guindado en un hilo, en el resto desvastado en el piso. Pienso en la línea llana y falta de montañitas q define mi pulso. Pienso en lo mucho q me gustaria ser feliz.. Ser feliz y estar feliz. De pronto un turbulencia sacude mis pensamientos, aunque (menos mal) el avion estaba quieto. Y de la sacudida sòlo resta constante una pregunta, como un niño tratando de sacar sus monedas por el ùnico agujero de su cochinito y de las mil sale sólo una. Quiero ser feliz?. Lo q me aterra no es la pregunta, es la respuesta: no sé. No sé si voy a 'disfrutar' ser feliz, no sé si voy a 'ser feliz' siendo feliz. Finalmente, no sé si 'me merezco' ser feliz. Y entonces lo entiendo. Entiendo q no me he perdonado y q ya no basta esperar a q venga alguien a sacarme de mi culpa. Existe sólo pq yo se lo permito. Decido no permitirle exisle màs. Y así y con mi dislexia otra vez dañando mi vida, empieza mi viaje. En la frontera de beijin (q parece ser Moscù) me encuentro dejando mi equipaje (eso si es metafórico) y siento q aterrizar me da miedo, pero tengo mi cinturón ajustado y estoy lista para las turbulencias.. Metafóricas, la verdad q las otras me aterran todavía.

No hay comentarios:

Publicar un comentario