jueves, 20 de enero de 2011

Mui Ne

2 de la madrugada. Llegamos a un pequeno guesthouse q hab'iamos reservado medio a ciegas. Estoy feliz de escuchar el mar de fondo y de saber q est'a ahi.. Justo detr'as de las palmeras.. Pero estoy demasiado cansada para ir a verlo con mis ojos, a pesar q muero de ganas. Dormimos. Nos levantamos y vamos a recorrer el pueblo (despu'es de la corrida obligatoriadesesperada hasta la playa y contenermne las ganas del chapuz'on por falta de traje de bano). Volvemos, 2 horas m'as tarde para encontrar q he sido robada. Si.. S'olo yo.. Con 300 d'olares, mi tel'efono y mi ipod menos, llamamos a la polic'ia con 1/9 de la certeza con la q se llama a la polic'ia en nuestro pa'is.. Por decir q hicimos algo y nada m'as.. La barrera del idioma se hace incoherente y pues, nos vamos.. Nos cambiamos de hotel. Encontramos el sitio perfecto. La playa es perfecta, la piscina es perfecta, la habitaci'on es perfecta.. Pasamos el dia entre elrollosinsentidoconelpolic'ia, buscando trajes de bano y alquilando la moto, lo q parece una eternidad, teniendo la playa a 3 seg de distancia. Por fin logro enchapuzarme y creo q jam'as he sido tan feliz. Una noche tranquila.
Me despierto, corro a la playa, y vamos a tomar fotos. Se me rompe el coraz'on por primera vez en este dia al ver la invasi'on extrajera absorbiendo al pueblo, q fue una vez de pescadores, y q ahora los arrinconan en unos escasos metros de playa y un enorme pantano asqueroso.. Y las edificaciones siguen creciendo.. Comemos en un mercado unos noodles requete geniales y vamos al siguiente pueblo, donde las olas, al parecer, son mejores para surfear, la arena es mas blanca, hay menos turistas y las chozas al lado de la playa cuestan la mitad.. Al acercarnos a la playa vemos unas 4 chicas levantando una silla de ruedas hasta la orilla, cargando a una mujer en sus almenos85aniosdeedad hasta la orilla. Todos rien y la sonrisa de la anciana, ya sin dientes, es hermosa. Se me rompe el coraz'on por segunda vez en este dia. Pienso en la mujer q ama la playa, enferma, q ya ha vivido una vida, q ha criado a sus hijas, q son profesionales, q les ha ofrecido una vida de oportunidades, q viven en Australia y q ahora, todo lo q quiere es meter los deditos en la arena.. Y por m'as de un minuto la envidio, no envidia de ojal'aterminedecolgarlascholasr'apido, sino m'as como una especie de admiraci'on. Siento q se arman como 5 piezas de mi rompecabeza interno y escucho acoplarse las piezas. Agradezco este momento y le deseo a aquella anciana q esa experiencia le hinche el coraz'on.. Llego a mi playa, a la mi hotel y sentada frante al mar, con los deditos en la arena me siento m'as tranquila de lo q puedo recordar en mucho tiempo, me siento limpia y me descubro sonriendo sin poder determe..

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